¡LA BITÁCORA DE UNA INUZUKA DEFECTUOSA!

"El clan Inuzuka cuida de los perros y lobos de la aldea". Hotaru recordaba esas palabras a menudo, al fin y al cabo como miembro del clan dedicaría su vida a cuidar, convivir y luchar junto a estos nobles animales. Pero y por qué solo de ellos, se preguntó cuando por las calles de la aldea se encontraba con una pequeña gata callejera durmiendo en una caja de cartón, mientras su madre, con indiferencia, tiraba de su mano para que siguiera caminando.

Hotaru siempre destacó como una paria entre los suyos a causa de su cabello rubio y su delicada apariencia en comparación al pelo oscuro y aspecto tosco que caracterizaba a cualquier miembro del clan. Pronto cumpliría la edad de siete años, la misma en la que un Inuzuka escogía a un ninken que lo acompañaría de por vida, y con ello la oportunidad perfecta para demostrar de lo que era capaz.

...

El día de su séptimo aniversario el cielo de la hoja estaba cubierto por oscuras nubes y un chubasco caía sobre la aldea, sin embargo aquello no fue un impedimento para que Hotaru junto a su familia fuera al refugio del clan a conocer a su futuro ninken. A mitad de camino no pudo evitar fijarse en aquella caja de cartón, ahora deshecha por la lluvia y sin aquella gata en su interior.

- AHORA VENGO... OS VEO EN EL REFUGIO.

Y sin dar más información, Hotaru se fue corriendo entre los callejones de la aldea hasta que dio con aquel felino que había visto días atrás, ahora escondido entre unos cubos de basura refugiándose como buenamente podía de la lluvia. La gata la recibió con un agudo maullido, casi tan irritante como la voz de la niña, pero de alguna forma reconfortante.

- ¡NADA DE MEOOOW! A PARTIR DE AHORA SERÁS MI PERRO NINJA Y TE LLAMARÁS...

Echo un rápido vistazo a la redonda y rechoncha cabecita del felino y asintió convencida.

- ¡NEKOMARU!

...

Cuando Hotaru presentó al felino como a un perro ninja a los miembros del clan, éstos lo tomaron como un acto insólito que nunca antes se había dado entre ellos. Las burlas no se hicieron esperar, sin embargo la pequeña Inuzuka no cedió ante ellas e insistió en el hecho de que Nekomaru sería su ninken y que no cambiaría de opinión, ganándose desde aquel día el apodo de LA INUZUKA DEFECTUOSA tanto entre los miembros del clan Inuzuka como entre los aldeanos de la hoja.





Por supuesto al tratarse de una gata callejera, y no de un linaje de perros domesticados y entrenados para ser versados en las técnicas del clan, el camino no sería nada fácil, ¡pero Hotaru y Nekomaru no se rendirían!