El frío invierno

Shimoyuki

Posted on 14/8/2015, 14:54

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Un comienzo helado

¡ Otosan ! Gritaba una niña de ojos color ámbar y una expresión triste en su rostro mientras corría hacía su padre y se enganchaba a su pierna como si no hubiese mundo más haya de él Me prometiste que no me ibas a dejar sola nunca... Alzo la vista y le miro con ojos llorosos mientras su padre con un dedo secaba sus lagrimas Shimoyuki, te dije que no te alejases de mi, ha sido culpa tuya por no estar atenta, debes tener cuidado, sabes que últimamente hay muchos asaltantes cerca del pueblo, no se que haría si te perdiese... La chica se froto los ojos limpiándose el resto de la humedad que habían generado sus lagrimas y asintió apenada P... perdón... Terminaron de subir la pendiente nevada donde se encontraban y mientras su padre le pedía que sostuviese la madera que habían ido a recoger, Shimoyuki mira al cielo y un escalofrío recorrió su espalda... su padre termino de abrir la puerta y volvió a coger la madera, hasta entonces todo era como un día normal, un día más, igual de frío, igual de blanco, al entrar Shimoyuki corrió junto a su pequeño hermano el cual era un bebe aun prácticamente de meses, pero ya dejaba atisbar las facciones características de la familia en su cara y lo abrazo, el pequeño se debía quedar solo algunos momentos puesto que la madre de ambos murió en el parto del pequeño, aunque eso era algo de lo que no se hablaba en casa, el suceso todavía era reciente y el dolor aun perduraba, Shimoyuki levanto a su pequeño hermano ¡Oniiiiiii-chan! Ya tenemos que ir a dormir Con el en brazos se dirigió a su futon y acomodo dentro de él al pequeño, entrando ella después y abrazándose fuerte a él, quedándose ambos dormidos en cuestión de unos pocos minutos, mientras su padre sentado en una rustica silla fumaba con lentitud, observando el horizonte, preocupado.

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Buaaaaaaaah Shimoyuki se levanto con un bostezo y se froto los ojos, quitándose las legañas que pudiese tener y desperezándose, observo a su lado y su pequeño hermano todavía dormía, aunque su padre no estaba en casa, decidió salir de la misma a dar un paseo y estirar las piernas a su sitio favorito, el sitio que siempre visitaba con su madre, bajo la ladera donde se encontraba su casa y ando un par de kilómetros más hasta llegar a la roca, esa roca gigante que ocupada casi todo en caudal del río a donde había llegado, de un salto subió y se sentó en ella, reconfortada en cierto modo al estar allí, lo que parecían segundos eran minutos y lo que parecían minutos... horas, un fuerte olor a quemado llego a su nariz y olfateando unos segundos se levanto para ver de donde podría provenir, cuando alzo la mirada observo que el humo se alzaba desde donde debería estar su hogar, no hubo otra reacción que la de correr como el mismo demonio hacía allí, pocos minutos después estaba enfrente de su casa y se quedo irónicamente helada ante lo que vio, su casa ardía en llamas y su padre yacía tendido en el suelto, cubierto de sangre, corrió hacía donde estaba su padre con los ojos llorosos y se lanzo hacia el abrazándose ¡ Otosan ! No podía siquiera pronunciar palabra por los nervios y el miedo hasta que recordó que su hermano estaba dentro de la casa, sin pensarlo se interno en el incendio rebuscando donde su vista alcanzaba y sus manos tocaban, llenándose de humo sus pulmones y quemándose a cada trozo de brasa que tocaba, pero no parecía importarle, lo que vio delante de ella la dejo paralizada nuevamente, la manta con la que se arropaban ella y su hermano estaba bajo una viga en llamas, cubierta de sangre y un pequeño brazo asomaba por uno de sus lados, en ese momento, algo cambio, Shimoyuki abandono la casa y cayo o mejor dicho, se dejo caer en la nieve con los ojos abiertos de par en par y la mente en blanco, así pasaron horas hasta que la nieve prácticamente la cubrío entera, desfalleció por el frío y el agotamiento psicológico y físico.

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El traqueteo de la carreta hacia su pelo moverse mientras mantenía hundida la cabeza entre sus piernas, hacía dos años del trágico suceso y no había hablado desde entonces, aquel día tuvo la suerte de que una caravana de mercaderes la recogió del camino y habían cuidado de ella al observar todo lo sucedido, el Jefe de la caravana Mashiro la había tratado como a su propia hija, pero jamás había escuchado su voz, ni había visto su sonrisa, solo un rostro frío y seco, la próxima parada era un pueblo cualquiera, pero era un sitio doloroso, puesto que el pueblo estaba cerca de su antiguo hogar, la estancia allí sería agradable para una persona normal, pero para ella ya no "existia" nada, la caravana hizo un alto poco antes de llegar al pueblo a escasos kilómetros cuando un par de flechas volaron hacia el improvisado campamento de parada y impactaron sobre uno de los caballos que tiraban del carruaje, matando al caballo casi al momento, el pánico cundió y todo el mundo corría, menos ella, Mashiro, llego hasta ella y antes de poder agarrarla del brazo para llevársela consigo una espada le atravesó de lado a lado, entrando por su espalda y saliendo por su pecho, Shimoyuki observa la escena impasible, como siempre, tras del comerciante apareció un trío de hombres de mediana edad con una sonrisa en su rostro. Vaya... parece que nos a tocado el premio gordo... que niña más guapa, valdrá un dinero como esclava... Mmmh... aunque antes, disfrutaremos de tí, pequeña... Cuando Shimoyuki salio de la caravana observo de nuevo un panorama estremecedor, pero esta vez era distinto, el fuego de las carretas y la gente muerta ya no eran algo nuevo para ella. Esto ha sido casi más fácil que la vez que saqueamos la casa de aquel leñador... ¿Os acordáis? como chilló... además, estaba loco, gritaba que le devolviesen a su hija, como si nosotros supiésemos algo de ella Esas palabras despertaron algo dentro de Shimoyuki, alzo la vista hacía el charlatán y bajo la vista hacia un trozo de madera que habia saltado de una de las carretas en el saqueo, sin dudarlo se agacho y con un rápido movimiento agarro el trozo de madera y lo incrusto en la nuca del hombre con un salto, cayendo el mismo a plomo contra el suelo, los otros dos hombres miraron a la niña con la manos llenas de sangre y sintieron algo de temor al observar la insensibilidad en su rostro, uno de ellos se abalanzo sobre ella y la derribo, al fin y al cabo era una niña Maldita zorra mocosa... como te atreves a hacer algo así... vas a saber lo que es bueno, vamos a darte una lección que no vas a olvidar en tu vida... La golpeo varias veces en el rostro y la espalda hasta que desfalleció y luego sujeto su cabeza contra el suelo, mientras con la otra mano bajaba su pantalón y ropa interior, pero no pasaba nada, Shimoyuki era feliz, después de dos largos años sentía un ápice de felicidad en ella, el hombre se bajo el pantalón y se dispuso a violarla, lamiendo su rostro y con un rostro cargado de ansia empezó a bajar su ropa interior para desnudar la parte inferior de su cuerpo, todo parecía perdido, pero en un suspiro Shimoyuki dejo de notar la presión de la mano del hombre en su cabeza y el peso del cuerpo del mismo cedió a un lado, la chica miro levemente y observo el cuerpo del hombre ensartado en kunais por la espalda y su compañero en la misma situación, alzo la vista un poco más y observo a un hombre acercarse, por su bandana, era un shinobi... más concretamente de Yukigakure, la chica de nuevo cayo presa del estrés psicológico que habia sufrido, amaneció al día siguiente en una casa similar a la suya, vacía, se levanto y observo por la ventana, parecia un pueblo, era bonito, a los segundos entro un hombre por la puerta, era el joven que la habia salvado, esta vez observo su bandana más fijamente Yukigakure... Ella misma se sorprendió de escuchar su propia voz, el hombre la sonrío y dijo... Bienvenida a Yukigakure, creo que tenemos mucho sobre lo que hablar...

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Y así comenzo su pequeña o quizás gran aventura como kunoichi.

Edited by Shimoyuki - 17/8/2015, 03:36

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El frío invierno

(Historia de la infancia de Shimoyuki)