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El mundo Ninja atravesaba una época de guerra, hambre y decadencia, donde pocos eran los Clanes que habían conseguido hacerse un hueco y prosperar. La mayoría de naciones no contaban siquiera con un ejército de Ninja formados lo suficiente como para conquistar los territorios que abarcaban sus propias fronteras, y quienes podían, estaban enfrascados en una aparente lucha contra sus rivales.
Otra desgracia más sacudiría a las personas que residían en el País del Fuego, pues de la noche a la mañana, el pequeño poblado de la zona cercana al País del Río fue arrasado por una catástrofe natural de origen desconocido donde se han perdido muchas vidas civiles. La tierra de la nación empezó a temblar bruscamente, haciendo que toda la población estalle en un estado de pánico, controlado por los pocos efectivos Ninja asociados al Feudal de el País del Fuego, que no dan a basto con las tareas de salvamento y contingencia de los numerosos civiles.
Debido a la lejanía de los campamentos de los Clanes Ninja del País, y a que no hay sobrevivientes del poblado, se desconoce lo que ha sucedido con exactitud.
Todos los feudales llaman a sus mejores Ninja a recabar toda la información posible, ofreciendo una buena recompensa al que consiga alguna pista sobre el terrible acontecimiento, ya que, con lo poco que se sabe, es un caso que podría repetirse si la gente se mantiene a la expectativa, por lo que un mensajero traería consigo un pergamino de misión junto a una cuantiosa recompensa para cada Clan, esperando que ellos encuentren lo que sucedió en el poblado.
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